La inteligencia artificial (IA) ha conquistado nuestro día a día de manera tan intensa que resulta casi imposible imaginarnos sin ella en el futuro: asistentes virtuales que nos ayudan a organizar tareas, algoritmos que personalizan nuestras experiencias en línea, y mucho más… Por ende, sabemos que la IA está matizando la forma en que nos comunicamos e, incluso, nuestra manera de sentir.

Si bien la Inteligencia artificial (IA) nos facilita la vida y está avanzando también en el ámbito educativo rompiendo los patrones de enseñanza conocidos hasta el momento, en algunos casos se genera resistencias por el temor a que se produzca un desplazamiento de las habilidades humanas. No obstante, somos los humanos quienes debemos ejercer el control y tomar todos los beneficios que nos aporta para mejorar nuestro rendimiento tanto en la vida como en el trabajo.

¿Cuál es la solución mas viable en este momento? Dejar de estar a la defensiva, bajar la guardia y capacitarnos cada vez más en el tema para lograr alianzas con una de las más recientes y poderosas innovaciones dentro del ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Uno de los miedos más comunes es que la automatización de tareas pueda llevar a la pérdida de empleos, por ello se requiere una adaptación constante al mercado laboral y a los nuevos tipos de empleos.

Además, considerando que el acceso a la tecnología y a la Inteligencia Artificial (IA) no es equitativo y que puede ampliar las brechas sociales existentes debemos hacer una toma de consciencia para que las implementaciones de la IA sean tan accesibles como otros recursos esenciales en el quehacer cotidiano y en el ámbito laboral.

• Estrés y ansiedad: La automatización de tareas rutinarias puede reducir el estrés y liberar tiempo para actividades más gratificantes. Sin embargo, la dependencia excesiva de la tecnología puede generar ansiedad y FOMO (fear of missing out: Miedo a perderse algo).

• Relaciones sociales: Aunque la tecnología puede conectar a las personas a nivel global, también puede aislarlas. Es fundamental encontrar un equilibrio entre la interacción digital y la presencial.

• Salud mental: La IA puede ser una herramienta valiosa para detectar signos tempranos de trastornos mentales y ofrecer apoyo emocional a través de terapias asistidas por computadora.

• Comunicación más efectiva: La IA puede analizar grandes cantidades de datos para identificar patrones de comunicación y optimizar el mensaje. Esto se traduce en una comunicación más clara, concisa y persuasiva.

• Personalización: Los chatbots y asistentes virtuales pueden ofrecernos respuestas personalizadas, mejorando la experiencia del usuario y fortaleciendo las relaciones.

• Accesibilidad: La IA puede facilitar la comunicación entre personas con diferentes habilidades, como traductores automáticos, generadores de texto a voz, etc.

Nuestros valores humanos tal vez confronten con nuestras necesidades humanas al momento de tomar una postura. La realidad es que en este mundo de constante cambio y evolución la Inteligencia Artificial (IA) tiene un gran potencial transformador: cambia radicalmente nuestra manera de comunicarnos, crea nuevos hábitos de aprendizaje y mejora nuestro rendimiento al trabajar. Por lo tanto, revoluciona nuestra calidad de vida, rompe nuestros moldes, supera nuestras barreras y así… al adaptarnos nos brinda Bienestar.

En lo personal, quiero contarte que la IA me facilita muchas tareas en mi trabajo con sus beneficios, pero es mi responsabilidad hacer mi aporte humano tanto en la elección de las tareas para las cuales la aplico como en no cometer excesos. Valores humanos contra necesidades humanas: qué cuestión! Considero que la IA es un puente facilitador y mientras seamos conscientes del uso que le damos podemos tenerla a nuestro favor para crecer y prosperar. Yo elijo adaptarme ¿Y vos?…

Mentora de Proyectos 
WA: +54 9 11 3390-2512